GOLIGORSKY, LILIAN
Todo empezó cuando los más remotos antepasados del ser humano ni siquiera sabían comunicarse mediante un lenguaje articulado. Gastrónomo fue ya el primer hombre que, recién descubierto el fuego, se dio cuenta de que prefería la carne «poco o muy hecha» en vez de continuar, como hasta entonces había hecho, zampándosela cruda. Del mismo modo, también fue gastronomía el hecho de escoger y mezclar hierbas, bayas o raíces silvestres para obtener combinaciones más sabrosas, o, posteriormente, el especiar y salar los alimentos para proporcionarles aromas y gustos más del agrado del paladar humano.
Algo de misterio y alquimia ha tenido siempre la cocina. Tal vez por este motivo el mundo culinario contiene grandes dosis de magia, de arte, de superstición, de tradición y de leyenda. Los grandes hallazgos gastronómicos salieron tanto de las cocinas palaciegas como de las de los monasterios y hogares más humildes. Por eso, famosas preparaciones a la vez tan sencillas como en apariencia prodigiosas, como es el caso de la mayonesa, tienen un origen absolutamente incierto y desconocido.